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  • Foto del escritorwaterMELOn Revolución

Huerto urbano

En todos los hogares hay un sitio para cultivar tus propios alimentos.


Tener un huerto urbano es una aventura con ventajas para toda la familia.


En casa los niños se encargaron de recortar las semillas guardadas desde el año pasado, hacer los semilleros de los tomates y de mantenerlos húmedos.

De esta forma aprenden a tener responsabilidades, trabajamos motricidad fina, aprendieron porqué los cereales y las semillas aportan tanta energía a nuestro cuerpo, vimos las las partes de la planta y comprobaron la importancia de la luz y el agua para las plantas.

Los tomates que hemos sembrado, los hemos llamado "tomates Isabel" porque nos los ha dado nuestra vecina Isabel.

Hace dos años sembró esta fruta, el aguaymanto, cerca de los tomates. Todos sus tomates salieron rojos menos los de una mata, que salieron amarillos y más dulces.


Nos dio algunos y guardamos sus semillas hasta este año que hemos tenido donde sembrarlos.

Hemos sembrado los tomates en bidones de cloro gastados de una piscina que limpiamos el verano pasado.

Las espinacas están sembradas en bricks de leche. Ahora la mayor parte de la leche la compramos en una ganadería, pero aún así cuando no tenemos tiempo de ir por ella gastamos leche envasada.

El carrito lo hicimos con un palet viejo, madera que sobró de la cama que tenían nuestros hijos y unas ruedas antiguas.

Con unos bidones hicimos una compostadora de lombrices donde vamos echando las peladuras de frutas y verduras de casa para tener abono de calidad el próximo año.


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